QUÉ ES LA PSICOTERAPIA DE EQUIDAD FEMINISTA

La Psicoterapia de Equidad Feminista es un tratamiento psicológico enfocado específicamente en la recuperación de la salud mental de mujeres que enferman por el impacto patológico que ejerce sobre sus vidas la desigualdad estructural del sistema patriarcal.

En el Espacio de Salud Entre Nosotras desarrollamos esta metodología propia como un método alternativo a la atención que presta el sistema médico tradicional a la salud mental de la mujer. En este último, el malestar de las mujeres se concibe como trastorno individual, de modo que no tiene en cuenta los factores de género, sociales y ambientales del problema. Como tratamiento básico, el sistema médico tradicional ofrece la medicación psicofarmacológica, que sólo aplaca y enmascara los síntomas sin abordar la raíz del problema.

Como alternativa, la Psicoterapia de Equidad Feminista considera que el malestar de las mujeres es consecuencia de esta desigualdad estructural del sistema patriarcal y de la violencia que se comete contra las mujeres desde todos los ámbitos, de una forma más o menos visible. Solo analizando nuestros aprendizajes, nuestras convicciones y nuestra forma de vida, tomando consciencia de nuestro género y encontrando nuevas formas de relacionarnos con nuestro entorno lograremos poner una solución real a estos malestares de salud mental de las mujeres.

Las siglas de la Psicoterapia de Equidad Feminista – PEF – hacen referencia a tres aspectos básicos de este sistema terapéutico. Es una forma específica de Psicoterapia cognitiva – emocional – conductual que tiene como objetivo prioritario establecer relaciones de Equidad de género, consistente en practicar la igualdad y el buen trato entre todas las personas, hombres y mujeres, y con este fin utiliza – como herramienta de análisis y cambio de las relaciones patriarcales de poder – los conocimientos de género y los valores de la ética Feminista.

La Depresión de Género

La educación de género que recibimos las mujeres genera dependencias afectivas, falta de asertividad y la autoestima, sumisión… Estos aspectos inciden en nuestra vida y nos provocan  malestares psicológicos. Incluso, en muchos casos, acaban convirtiéndose en una depresión exógena específica exclusiva de las mujeres.

En la PEF hemos denominado a esta depresión concreta la Depresión de Género, desvelando su origen en la desigualdad estructural entre mujeres y hombres.

En la PEF hemos comprobado que existen etapas en las vidas de las mujeres en las que estas depresiones de género se manifiestan con más probabilidad:

  • Mujeres jóvenas: A las mujeres jóvenes, hartas de formarse, les preocupa la salida al mundo laboral, o tienen problemas con sus padres, parejas o amigos, o les cuesta aceptar su cuerpo tal y como es.
  • Mujeres medianas con hijos: Mujeres entre 35 y 50 años que tienen pareja e hijas/os menores de edad, saturadas por sus responsabilidades pero al mismo tiempo no pueden abandonar ninguna y eso les genera culpabilidad y tristeza.
  • Mujeres mayores de 40 años con interrogantes con la maternidad: Son mujeres independientes, que han dedicado su vida a su desarrollo profesional, que han tenido diferentes engaños amorosos y/o que se están plateando la maternidad.
  • Mujeres mayores de 50: Mujeres que han dedicado su vida a cuidar a su familia y cuyo trabajo ha respondido más a una necesidad económica familiar que a un proyecto personal. Se encuentran en un proceso vital marcado por la adultez e incluso la independencia de sus hijas/os, y ellas no consiguen motivarse con nada y les sobra el tiempo por todas partes. Además, suelen tener conflictos con sus parejas.

Los Síndromes de Género

Asimismo, a lo largo de estos años de experiencia hemos identificado un conjunto de síntomas denominados Síndromes de Género provocados por los distintos tipos de violencia contra las mujeres. Este tipo de malestar en la salud mental se produce cuando las mujeres, además de la desigualdad, sufren experiencias traumáticas añadidas detectadas en los casos en los que se han padecido abusos sexuales e incesto en la infancia, malos tratos en la pareja o separaciones traumáticas.