La Real Academia Española (RAE) y el lenguaje no sexista

Llevo un tiempo dándole vueltas a la cabeza a este asunto del lenguaje, que según la RAE no es sexista ni ideológico, y tampoco influye en la discriminación e invisibilización de las mujeres…

Por lo visto, estos insignes miembros, e incluso las pocas “miembras” de tan ilustre institución no han adquirido algunos conocimientos neurolingüísticos básicos que llevan años publicados.

Es extraño, porque yo recuerdo que cuando cursaba quinto curso de la carrera de Psicología, allá por los años 80, aquí en nuestro país estudiábamos una asignatura llamada “Pensamiento y Lenguaje”, donde otros “ilustres varones” nos informaban “científicamente” de las intrínsecas relaciones bilaterales entre el pensamiento y el lenguaje de las personas.

Ellos, porque en este caso eran todos señores, los famosos escritores anglosajones de la neuropsicología, tenían clarísima la relación biológica existente entre las estructuras mentales y el lenguaje como vehículo del pensamiento. Y así lo defendían y difundían en sus publicaciones.

En sus numerosas investigaciones demostraban que las conexiones neurológicas entre el pensamiento y el lenguaje que utilizamos eran bidireccionales y que se podía realizar modificaciones en ambos sentidos. Es decir, al cambiar ciertos conceptos del pensamiento, como por ejemplo sobre un prejuicio o mito, esto se trasladaba inmediatamente al lenguaje con el que nos expresamos sobre ese tema.

Además, demostraban en sus experimentos científicos que estos cambios conceptuales también pueden ser producidos a través de una modificación del lenguaje.  Según vayamos utilizando ciertas expresiones, así se van a ir configurando nuestros pensamientos. Es algo “biunívoco”, nos decían con todo tipo de ejemplos y experimentos.

Según estas teorías podemos deducir que en una sociedad patriarcal, dominada durante siglos por una concepción androcéntrica, con numerosos mitos, conceptos y esquemas mentales machistas en clave de superioridad masculina, resulta “biunívoco” que el lenguaje que expresara estos pensamientos sexistas fuera también y consecuentemente sexista, invisibilizara a las mujeres y las desvalorizara al nombrarlas. Por lo mismo, el razonamiento en el caso contrario sería que en una sociedad igualitaria, no sexista, el lenguaje también sería no sexista, visibilizaría a las mujeres y no fuera despectivo al nombrarlas y definirlas.

En esta dirección positiva, cada vez más personas, mujeres y hombres, nos hemos hecho conscientes de que procedemos de una cultura machista y patriarcal que ha determinado la socialización de nuestras mentes, llenándolas de numerosos conceptos, mitos y prejuicios sexistas y, en consecuencia, este tipo de cultura está determinando nuestro lenguaje como expresión de dichas concepciones sexistas.

Somos personas con conciencia de género, que estamos haciendo un esfuerzo importante, y reconozco que laborioso, por crear y utilizar un lenguaje más igualitario, democrático y no sexista, a la vez que tratamos de mejorar en nuestra manera de pensar, sentir y actuar, que eviten cualquier forma de discriminación. Sabemos que es una tarea difícil y que las reticencias y obstáculos son enormes, pero creemos que la razón acabará por imponerse.

Por otro lado, no son de extrañar las reacciones airadas o de burla en los medios de comunicación de personas muy cultas y respetables ante la existencia de Guías de lenguaje no sexista. También es muy probable que los miembros y las pocas miembras de la RAE no puedan o no quieran hacer el difícil recorrido neuronal de cambiar los esquemas mentales sexistas en los que han sido socializados y que forman parte de su identidad y de “sus verdades”. Es normal que con su lógica de pensamiento, necesiten defender las normas y la “pureza” del lenguaje masculinizado de la “Real Academia de la Lengua Española” a la que representan.

La buena noticia es que cuando las personas, y especialmente las mujeres, adquirimos esta conciencia de género, también llevada a la práctica de un lenguaje no sexista, ya no hay vuelta atrás. Ya nadie puede impedir, ni siquiera la RAE, que hablemos como pensamos y que este lenguaje nos haga sentirnos mejores, en mayor armonía mental y emocional, y en posesión de una herramienta útil para aumentar nuestra autoestima personal y colectiva. A medida que el lenguaje no sexista lo practicamos cada vez un mayor número de personas, llegará un día que su implantación sea un hecho consumado y que incluso la RAE se verá obligada a admitirlo, mejorando así la calidad de sus pensamientos.

El cambio sí es posible. ¡EL LENGUAJE ES PODER Y EL PODER DE SU USO ESTÁ EN NUESTRAS MENTES, CON PENSAMIENTOS LIBRES Y NO SEXISTAS!

 

Soledad Muruaga, codirectora y profesora de la Escuela ESEN

Añadir un comentario


Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.